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Tiberias,… “balneario y lonja”







Tiberias (Tverya) es sinónimo de vacaciones en Israel. Aquí se puede disfrutar de diversas actividades en una ciudad que ofrece maravillosas ocasiones para combinar la relajación con la naturaleza, la historia con las atracciones contemporáneas, la serenidad con la actividad de los deportes acuáticos, y los lugares de peregrinación con atracciones turísticas únicas.

Situado a orillas del Lago Kinneret, Tiberias es la ciudad de Israel que está situada a un nivel más bajo sobre el mar, concretamente a 200 metros por debajo de él, y atrae a miles de turistas y viajeros. Los visitantes descubren una bulliciosa ciudad turística que ofrece diversas atracciones y actividades para cada edad. Cuenta con treinta hoteles, algunos de lujo, además de “bed and breakfasts” y albergues juveniles. La mayoría de los hoteles están situados en la playa y son una verdadera delicia para los veraneantes. Sus amplias zonas de césped, su parque acuático para toda la familia, sus bares y restaurantes, así como los deportes acuáticos extremos son sólo un botón de muestra de lo que ofrece a sus visitantes.


También existen diversos tipos de hoteles en la Ciudad Vieja de Tiberias, cerca del lago y del puerto deportivo, donde se puede pasear en barca por el Lago Kinneret y disfrutar de sus atardeceres. Bordeando el lago encontrará un romántico paseo cerca del puerto deportivo con numerosos cafés y restaurantes especializados en pescados de río directamente extraídos del lago.

Una pasarela central de madera une la Ciudad Vieja y el paseo con el centro de la ciudad.

Esta animada zona comercial ofrece gran variedad de restaurantes, cafés, bares de copas llenos de gente, heladerías y tiendas de recuerdos. Esta zona está especialmente animada en verano, y hay bazares acompañados de música contemporánea. Cerca de la pasarela, unos vistosos coches de caballos ofrecen a los visitantes un recorrido ligeramente distinto por la ciudad.
Al otro lado de la pasarela se halla la famosa lonja del pescado de Tiberias. La industria pesquera está muy desarrollada, y docenas de barcos de pesca se dirigen cada mañana hacia el lago para después volver rebosantes de pescado fresco que venderán en la lonja local. Cerca de ella se encuentra un popular complejo que atrae a miles de visitantes hambrientos en busca de falafel caliente, recién hecho y sabroso. Los dueños de los puestos le permitirán probar sus mercancías gratis con la esperanza de que usted se decida por ellas para comer.

Al otro lado de los puestos de falafel se halla un gran auditorio municipal en el que se celebran actos y conciertos abiertos al público.


Tiberías cuenta también con el Museo Dona Gracia, que relata la historia de Gracia Nasi, la cual empleó su considerable fortuna para salvar a muchos refugiados judíos de la Inquisición española y construyó una ciudad judía en Tiberias. 

El castillo es un museo dividido en salas que relatan su historia y la de aquel periodo a través de gran cantidad de material gráfico, escenografía y sonidos del Renacimiento, en medio de una experiencia grandiosa.



Al sur de la Ciudad Vieja se sitúa el Parque Nacional de Hamat Tiberias, con diecisiete fuentes termales cuyas aguas, a 60 ºC, llevan disueltos cerca de un centenar de minerales con propiedades terapéuticas exclusivas que sólo aquí encontrará. Los beneficios terapéuticos de este lugar se conocen desde hace 2.000 años, y su balneario lleva atrayendo a la gente desde tiempos inmemoriales. Las aguas de sus manantiales alimentan el célebre balneario Tiberias Springs, que cuenta con varias piscinas termo-minerales, lujosos tratamientos corporales y terapias únicas para la salud, así como un ambiente tranquilo y unas hermosas vistas al Lago Kinneret.

El Kinneret atrae a los visitantes desde hace miles de años, y constituye no sólo un recurso hídrico, sino también un medio de vida. La historia ha convertido la zona del Kinneret y la propia Tiberias en un lugar destacado para cristianos y judíos. Herodes Antipas fundó la ciudad en el 17-22 d.C., y la bautizó con este nombre en honor a su patrocinador, el emperador romano Tiberio. En los siglos del II al X, Tiberias fue la ciudad judía más grande de Galilea, centro político y religioso del pueblo judío y núcleo de la creatividad espiritual judía.

Pocos años después de su fundación, en torno al 30 d. C., Jesucristo trasladó sus actividades a la costa norte del Kinneret, donde tuvieron lugar varios milagros célebres, como cuando caminó sobre las aguas del lago. A medida que se iba extendiendo el Cristianismo se fueron construyendo numerosas iglesias en Tiberias y en sus alrededores.

Tiberias ha estado habitada permanentemente, y cuenta con edificios y ruinas bien conservados de diversos periodos. En la Ciudad Vieja, levantada en tiempos de los cruzados y del Imperio Otomano, encontramos varios lugares antiguos, como la fortaleza del siglo XVIII de Daher El-Amar, un baño ritual judío, los restos de basalto negro de las murallas de la ciudad y la Iglesia de San Pedro. La iglesia actual se construyó sobre las ruinas de otra de la época de los cruzados que tenía una nave y ventanas estrechas similares a las portillas del casco de una barca volcada. El templo moderno gira en torno a obras de arte que simbolizan los cuatro Evangelios bajo una inscripción de las palabras de Jesús a Pedro: “Apacienta mis ovejas”. Las vidrieras muestran figuras de peces y de santos, mientras que el patio trasero alberga una copia de una estatua de Pedro enviada desde Roma a Tiberías en 1833.

Asimismo, se han elevado numerosas iglesias fuera de las murallas de la Ciudad Vieja. Ocasionalmente se celebran conciertos en la modesta Iglesia de Escocia, construida en basalto y fundada por el Dr. David Watt Torrance (también fundador del primer hospital de Tiberias) o en sus exuberantes jardines costeros. Al otro lado del camino se encuentra el Hotel Scots, que atiende a los peregrinos cristianos que visitan la zona.

En el extremo sur del paseo existe una iglesia ortodoxa griega y un monasterio con tres casas de oración y una pared de iconos religiosos.

El cercano Monte Berenice ofrece no sólo unas vistas espectaculares, sino también las impresionantes ruinas de la Iglesia del Ancla, llamada así por la pesada ancla que se encontró en el centro de su altar de piedra. No menos célebre es el Monte de las Bienaventuranzas, donde Jesús pronunció el Sermón de la Montaña. Aquí fue donde nombró a sus doce apóstoles.

Al norte de Tiberias, cerca del Lago Kinneret, se halla un centro de la YMCA que contiene una pequeña iglesia con vistas panorámicas al lago. Esta institución posee también una encantadora playa privada y habitaciones para huéspedes. Al sur de Tiberias está Yardenit, el lugar donde según la tradición cristiana fue bautizado Jesús. Este paraje atrae a miles de fieles para sumergirse en estas aguas.

Además de los lugares santos cristianos, en Tiberias están enterrados varios sabios judíos, lo que la convierte en una de las ciudades santas de Israel. Los peregrinos acuden en masa a las tumbas de los rabinos Akiva, Yochanan Ben-Zakai y Meir Baal HaNess, así como a la del gran filósofo y sabio Maimónides. Muchos acuden a su tumba para rogar por su medio de vida, su pareja e incluso su fertilidad.

Tiberias resulta atractiva todo el año gracias a su belleza natural, sus tranquilas playas y las actividades que ofrecen la ciudad y sus alrededores.

Nota… información rescatada de artículos publicados en:

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